Una joven que trabajaba por las tardes como cajera de supermercado y así pagar sus estudios en la universidad, acababa de dejar a su hijo enfermo en casa de sus padres para no faltar al trabajo, cuando sucedió un episodio bastante molesto.
Su turno transcurría con normalidad hasta que llegó una señora con apariencia elegante y adinerada. Lamentablemente el dinero no compra la educación y los buenos modales. La mujer venía acompañada de su hija pequeña y desde un principio se comportó de una forma muy agresiva, tirando los artículos que estaba comprando. Jamás respondió al saludo de la chica y le aventó unos cupones.
A pesar de lo mal educada que era esta señora, la cajera recibió los artículos y los cupones, notando que uno de ellos ya estaba vencido. Se lo comunicó de la manera más cordial que podía a la cliente, pero ésta comenzó a alterarse y a gritarle. Al no poder llegar a un acuerdo, la mujer pidió hablar con el supervisor.
Mientras esperaban al supervisor, la señora se dirigió a su hija intentando ofender a la chica:”¿Ves por qué insisto en que debes estudiar? Para no terminar siendo una fracasada como esta mujer, siendo cajera de supermercado.” La persona a cargo escuchó la conversación al acercarse a revisar los cupones.
Le dijo a la señora que efectivamente el cupón estaba vencido, retiró sus cosas de las bolsas y le pidió que se retirara y no regresara más a la tienda. No iba a permitir que nadie ofendiera a sus empleados.
¿Qué Habrías hecho en su lugar?