La relación entre padre e hijos comienza a una edad muy temprana. Es necesario que para poder fijar buenas bases en las relaciones familiares existan momentos en que se pueda compartir y tener diversión. A medida que los niños crecen se empiezan a familiarizar con rostros, olores, colores y voces. Pero cuando estos aun son muy pequeños estos recuerdos no están completamente fijados en el cerebro de los menores y es por eso también que se pueden adaptar mejor.
Este video muestra una pequeña niña que se encontraba jugando con su padre. Ambos se detienen unos momentos y cuando el juego se reanuda es cuando viene la sorpresa, que esta pequeña niña no pudo entender.
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