El Titanic y toda su trágica historia no es desconocida para nadie. Era el barco más grande y fuerte que se construyó en esa época que todos aseguraban que nada ni nadie lo podía destruir o hundir.
Lamentablemente esto no fue así, el primer y único viaje de este navío se realizó en 1912, en donde viajaría desde Southhampton hasta Nueva York. Y en ese momento nadie dentro del barco se imaginaba la desgracia que ocurriría al toparse con un gran iceberg o por lo menos eso creían todos.
El Titanic fue construido para hundirse
Algunos afirman que al dueño de la compañía que financió la construcción del barco, John Pierpont Morgan, le impactó la novela “El naufragio del Titán” así entonces quiso retratar la novela recreando la tragedia. Pero lo más asombroso de todo es que el libro fue escrito 17 años antes de que la gran catástrofe fuera conocida.
La coincidencia entre el Titanic y el Titán es impresionante, además del nombre y de la historia de que un transatlántico choca contra un iceberg, se hunde y miles de personas mueren por no tener botes salvavidas suficientes; los barcos son prácticamente iguales en cuanto a peso, capacidad y diseño. ¿Te parece eso una coincidencia?
El 15 de abril de 1972, exactamente 60 años después de la tragedia del Titanic, un telegrafista a bordo del barco americano Theodore Roosevelt recibió un mensaje SOS y el remitente, por increíble que suene, era el Titanic. El joven aviso al capitán sobre el mensaje, pero este le dio la orden de no responderlo ni mucho menos desviarse del rumbo.
Al llegar al destino, las autoridades de EE.UU. afirmaron que todo había sido un error y que el mensaje nunca existió. El joven telegrafista no quedó muy convencido con la respuesta, así que por su cuento comenzó a averiguar qué había ocurrido realmente. Y descubrió que los mensajes SOS del Titanic habían sido recibidos cada 6 años: 1924, 1930, 1936, 1942, 1948, 1954, 1960, 1966 y 1972, el año en que él lo recibió.
Además de los mensajes SOS, hubo dos apariciones de pasajeros fantasmas. La primera apareció en 1990 en Noruega, una joven estaba sobre un iceberg cuando una embarcación la rescató y al hacerle preguntas ella afirmó llamarse Winnie Coutts, llevaba un atuendo similar al usado a principios del sigo XX y reveló el paradero de los demás pasajeros del Titanic. La policía investigó su nombre y descubrió que una mujer llamada igual sí abordó el barco en aquella época.
Luego en 1991 otro barco encontró a un anciano uniformado con el atuendo de la compañía dueña del Titanic. Se le hicieron pruebas y revelaron que las huellas digitales eran idénticas a las del capitán Edward John Smith, quien supuestamente murió en 1912 a bordo del Titanic.
Todos estos hallazgos suenan tan increíbles como escalofriantes, sean ciertos o no, algo extraño ronda cerca de la historia del conocido Titanic.
