Todos estamos de acuerdo que viajar puede ser muy emocionante, porque es uno de los placeres de la vida, sin embargo sabemos que también es muy estresante; sobre todo, cuando debemos volar muchas horas y esperar otras más por el próximo vuelo. Esta es la historia de los pasajeros de un vuelo que esperaron durante tres horas para tomar su avión. Estaba atrasado. Cuando abordaron estaban listos para sentarse por otras 8 horas y esperar el destino final. El problema surgió cuando el avión comenzó a moverse y un niño de 8 años de edad con autismo tuvo un colapso. El pequeño no paraba de llorar. Y aunque los pasajeros se esforzaron por no prestarle atención, el cansancio y el estrés junto con las lágrimas del niño hacían casi insoportable mantener la calma.
Pasaron unos horribles 15 minutos, cuando Rochel Groner se acercó al niño, le extendió la mano y sorprendentemente, él aceptó el gesto. La mujer lo llevó al suelo, donde pasaron varias horas juntos. El chico se calló y parecía estar contento donde estaba.
Esta no era la primera vez que Rochel lidiaba con un autista, ya había tenido la oportunidad de confortar a otros y probablemente no será la última vez que esta mujer maneje una situación como ésta. Por eso, su esposo escribió sobre el suceso y se volvió viral. Él terminó su post con una idea importante: “Si ofrecemos nuestra mano en amor y la aceptan, los milagros seguirán”.
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