Para quienes gustan del negro, el heavy metal, el mundo gótico, etc.; no hay nada más hermoso en términos de flores que una rosa negra. Una flor que ha cautivado a escritores y alquimistas desde hace siglos y que es el paradigma de la oscuridad o de las ciencias ocultas.
Normalmente, este tipo de rosas solo puede conseguirse mediante la hibridación de dos variedades de rosas muy oscuras (rojas con violetas) o, directamente mediante el tintado que algunos viveros realizan para venderlas a los amantes de lo desconocido.
Pero las rosas negras sí existen en la naturaleza, aunque son tan extrañas que únicamente crecen en un lugar del mundo de manera natural.
Estas rosas, que son perfectamente negras a simple vista, solo crecen en pequeñas cantidades en la pequeña aldea de Halfeti, en el sur de Turquía. Las condiciones especiales del suelo y los niveles de pH de las aguas subterráneas en la zona, que se filtran desde el río Éufrates, permiten que el color rojo carmesí de la rosa se convierta en negro.
Sin embargo, se da una situación que hace más extraña y valiosa a la rosa de Halfeti y es que solo crecen negras durante los meses de verano. En otras temporadas, crecen con un rojo intenso y muy oscuro.
Esta variedad de rosa, altamente pigmentada para que parezca negra, se produce por la densidad del suelo y la combinación de las antocianinas, unos pigmentos hidrosolubles. El suelo tiene un gran impacto en esta clase de pigmento ya que es muy sensible al pH. De hecho, las antocianinas son las responsables del color oscuro de las moras, frambuesas y los arándanos.
Aunque los turcos parecen tener sentimientos encontrados con estas rosas negras, ya que, a pesar de ser un fenómeno único en el mundo, la rosa negra para ellos simboliza la muerte y las malas noticias. Y los turcos son muy supersticiosos para estas cosas.
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