Abandona Su Trabajo Cada Dos Horas Para Amamantar A Su Novio

Jennifer Mulford, vive en Atlanta y cada dos horas debe dejar de hacer cualquier cosa que esté haciendo para amamantar a su novio. Mulford no tiene un bebé, su hijo ya tiene 20 años, pero de de igual forma se hace que su pareja se alimente de sus pechos. Lo que ellos hacen se llama “lactancia seca”; la mujer todavía no produce leche; sin embargo, el entrenamiento hará que su cuerpo comience a secretarla en unos 2 meses.

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Con esta conducta, Jennifer le hace creer a su cuerpo que tiene un bebé. Además toma 3 veces al día un té llamado Mother’s Milk, que estimula la producción de hormonas femeninas. Su motivación para hacer esto es algo muy personal y así lo explica:

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“Cuando leí sobre la alegría que provocó en otros, me desesperé por buscar a un compañero con quien compartir ese vínculo emocional”. 

Mulford se interesó en lo que se denomina Adult Breastfeeding Relationships (ABR) luego de envidiar el lazo emocional que crean las personas que practican el ABR. Desde que encontró a su compañero, mantiene una estricta rutina de amamantamiento. Si no puede hacer que él sorba de sus senos, usa un extractor de leche.

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En un principio Jennifer busco a su candidato por internet. Ella comentaba sobre sus deseos en blogs y foros, pero no encontró a muchos que se interesaran en la actividad que ella ofrecía. 

Finalmente encontró a Brad Leeson, un ex novio de la escuela con quien chateó una noche acerca del ABR. Él se interesó por la idea y quiso participar del proyecto. Ambos estaban en busca de lo mismo:

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“Se logra una conexión mágica que solo se produce a través del amamantamiento”. 

–Jennifer Mulford

Mulford dice que no amamantaría a Leeson en público, sin embargo él no tendría problemas en hacerlo.

“Este es el estilo de vida que hemos escogido. Buscamos por años y aún nos queremos el uno al otro. Puedo volver a casa después de un día estresante y segundos después, cuando Brad comienza a lactar me invade una sensación de paz y calma. En ese momento nos convertimos en uno. Nunca había sentido algo tan reconfortante. Es un vínculo que nadie puede romper”.

 

¿Cuál es tu opinión sobre esta práctica?