9 Factores Que Hacen Que Un Buen Empleado Renuncie A Su Trabajo

Es bastante increíble con qué frecuencia se oye a los gerentes quejándose de que sus mejores empleados renuncian, y realmente tienen algo de que quejarse, pocas cosas son tan costosas y perjudiciales como ver partir a los buenos elementos en una empresa.

 

Lo triste es que esto puede ser fácilmente evitado. Todo lo que se necesita es una nueva perspectiva y un esfuerzo adicional por parte del gerente.

 

En primer lugar, tenemos que entender las nueve peores cosas que hacen para que sus empleados decidan tomar su cosas y dejar el trabajo

 

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1.- La Sobre Carga De Trabajo

 

Nada desalienta más a los buenos empleados que el exceso de trabajo. Es muy tentador delegar más trabajo a quienes hacen un buen trabajo y los empleadores caen con frecuencia en esta trampa. El exceso de trabajo en los buenos empleados es desconcertante; ya que les hace sentir que son castigados por un gran rendimiento. El exceso de trabajo también es contraproducente. Una nueva investigación de Stanford muestra que la productividad por hora disminuye drásticamente cuando la semana de trabajo es superior a 50 horas, y la productividad disminuye mucho más después de 55 horas en las que tienes más y más trabajo.

 

Los empleados con talento van a asumir una mayor carga de trabajo, pero no van a quedarse si su trabajo los ahoga en el proceso. Aumentos y las promociones son formas aceptables para aumentar la carga de trabajo. Si simplemente se aumenta la carga de trabajo porque las personas tienen talento, sin cambiar nada, van a buscar otro trabajo donde se sientan recompensados.

 

  1. No Reconocer El Aporte Y No Premiar El Buen Trabajo

 

Es fácil subestimar el poder de una palmada en la espalda. Todos agradecemos las felicitaciones, y mucho más aquellos que trabajan duro y lo dan todo. Los gerentes tienen que comunicarse con su gente para averiguar lo que les hace sentir bien (para algunos, es un aumento de sueldo, para otros, es el reconocimiento público) y así recomenzar un trabajo bien hecho.

 

  1. No Preocuparse Por Sus Empleados

 

Más de la mitad de las personas que dejan sus puestos de trabajo lo hacen debido a su relación con su jefe. Las empresas inteligentes se aseguran de que sus directivos sepan cómo equilibrar ser profesional con tener consideración con sus colaboradores. Estos son los jefes que celebran el éxito de un empleado, empatizan con aquellos cuando pasan por momentos difíciles. Los jefes que no tienen esta capacidad siempre tienen altas tasas de rotación. Es imposible trabajar para alguien más de ocho horas al día cuando no están involucrados personalmente y no se preocupan por nada que no sea el rendimiento de la producción.

 

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  1. No Cumplir Sus Compromisos

 

Hacer promesas a la gente crea una línea muy fina entre los que son muy felices y los que se van. Cuando sostienes un compromiso, haces que tus empleados te vean con otros ojos, porque les demuestras que eres confiable y honorable. Pero cuando se hace caso omiso de los compromisos, ellos lo interpretan como indiferencia, y una falta de respeto. Después de todo, si el jefe no cumple sus compromisos, ¿por qué lo van a hacer los demás?

 

  1. Contratar Y Promover A Las Personas Equivocadas

 

Bueno, los empleados que trabajan duro desean trabajar con profesionales afín. Cuando los gerentes no se preocupan de contratar personal competente, se crea una gran desmotivación en aquellos que sí son un gran aporte. La promoción de las personas equivocadas es aún peor. Cuando se trabaja con esfuerzo y dedicación y ves que el ascenso se le da a una persona que simplemente cumplió con lo justo y necesario, es un insulto masivo. No es de extrañar que la gente buena se vaya.

 

  1. No Dejar Que La Gente Haga Lo Que Le Apasiona

 

Los empleados con talento son apasionados. Proporcionar oportunidades para que puedan perseguir sus pasiones mejora su productividad y satisfacción en el trabajo. Sin embargo, muchos directivos quieren que la gente trabaje dentro ciertos frustrantes límites. Estos jefes temen que la productividad disminuya si dejan que la gente amplíe su enfoque y persiga sus sueños. Este miedo es infundado. Los estudios demuestran que las personas que son capaces de hacer lo que los apasiona en el trabajo realizan una mejor gestión. Entran en un estado de euforia y se convierten en personas cinco veces más productivas que la norma.

 

  1. No Desarrollan Las Habilidades De Las Personas

 

Cuando se le pregunta a las jefaturas a cerca de la falta de atención a sus empleados, ellos tratan de excusarse usando palabras como “confianza”, “autonomía” y “empoderamiento”. Esto es un disparate total. Los buenos jefes administran sin importa el talento del empleado. Ellos prestan atención y están constantemente escuchando y dando retroalimentación.

Los empleados con más talento quieren retroalimentación, mucho más que los menos talentosos y comprometidos, y es trabajo del gerente conseguir que siga creciendo. Si no lo hace, su mejor gente se aburrirá y se irá.

 

  1. No Reconocen Su Creatividad

 

Los empleados más talentosos buscan mejorar todo lo que hacen. Si les quitan su capacidad para cambiar y mejorar las cosas, haces que odian sus puestos de trabajo. Enjaular este deseo innato de crear no solo los límites a ellos, sino también a ti.

 

  1. No Desafían A La Gente Intelectualmente

 

Los grandes jefes desafían a sus empleados para lograr cosas que parecen inconcebibles en un primer momento. En lugar de fijar metas mundanas, establezcan objetivos elevados que empujen a la gente a salir de su zona de confort. Cuando las personas con talento e inteligentes se encuentran haciendo cosas que son demasiado fáciles o aburridas, buscan otros trabajos donde pondrán a prueba su intelecto.

 

 

Comparte este artículo con tus amigos, es un excelente consejo para contar con trabajadores satisfechos.